Obsolescencia prematura

Obsolescencia prematura

PIENSA

El concepto nace a principios del siglo XX junto con la revolución industrial, el desarrollo de la maquinaria y la producción en serie. Al principio los bienes de consumo eran creados para perdurar, cumplían su función y no tenían fecha de caducidad. Los fabricantes se dieron cuenta de que si duraban mucho, venderían menos y sus expectativas de obtener beneficios serían menores. Existen diversos tipos de obsolescencia, como puedes leer más adelante, programada o incorporada; percibida o psicológica; y tecnológica.

Es una práctica que acarrea un despilfarro de recursos (energía, agua, materiales, etc.) y generación de residuos grave con impactos sociales, ambientales y económicos importantes, además de ser un fraude a los consumidores. 

SABÍAS QUE...

En 1932 Bernard London defendió que se estableciera por ley para potenciar el consumo1. En 1954 el diseñador industrial Clifford Brooks Stevens en su conferencia Obsolescencia programada retomó la idea nunca implementada. 

Así fue naciendo “la ingeniería de valor” que determina la vida útil del bien ponderando las decisiones en su fabricación (abaratar materiales, diseño, etc.) para el mayor lucro empresarial, multiplicando el impacto en el planeta y en el bolsillo de las personas consumidoras. Reparar artículos era cada vez más caro, pues además, el servicio técnico lo desaconsejaba, no había repuestos o la reparación manual era imposible.

Un ejemplo paradigmático de la obsolescencia programada son las bombillas. Edison puso a la venta la primera bombilla en 1881 de 1500 horas de duración, era de bambú con alto contenido natural en hierro, en los años 20 alcanzaron las 2.500 horas. En Livermore (California), sobrevive una bombilla de Shelby Electric Company que lleva funcionando más de 121 años *casi* sin interrupción en el parque de bomberos al que se donó. Irónicamente, su cámara de vigilancia (accesible en internet) se reemplazó por obsolescencia programa. 

Pero en la Navidad de 1924, en Ginebra, se creó el cártel internacional y clandestino Phoebus, formado por Osram, Philips, General Electric y la empresa española Lámparas Z para limitar las horas a 1000 y multar a quién hiciese las bombillas más duraderas. En 1932 se consolidó y posteriormente se denunció por el gobierno estadounidense, el litigio que duró once años desembocó en una multa pero la obsolescencia programa prosiguió. En la práctica la sentencia no se aplicó y las bombillas duran lo que el cártel planificó.

Hay muchos casos de obsolescencia programa en los tribunales. Otro ejemplo fue el juicio del iPod, los consumidores se dieron cuenta que sus baterías estaban programadas para dejar de funcionar, no se podían cambiar sino sólo comprar otro ipod. Surgió una demanda colectiva con decenas de miles de participantes que se cerró con un acuerdo. No se les compensó apenas, pero desde entonces fue posible instalar una de recambio y se podía elegir entre una batería nueva o la compra. La abogada Elizabeth Pritzker sentó a Apple en un tribunal 30 años después del primer caso contra General Electric y demostró que las baterías de la primera generación se diseñó para durar 18 meses. 

Otro ejemplo son las medias de nylon, cuando aparecieron en el mercado eran irrompibles, pero con los años se fueron haciendo cada vez de un nylon más endeble y al romperse, sus ventas se multiplicaron.

También algunas impresoras tienen un chip que deja de funcionar al alcanzar unas copias preestablecidas, pero a veces no es un chip que se puede extraer, sino una combinación de materias baratas, sumado a la obsolescencia programa percibida de nuestra mente, que al más mínimo problema nos hace optar por el modelo más nuevo porque la publicidad y el marketing incentivan modas pasajeras, “ponerse al día”, etc.

En 1954 Clifford Brooks Stevens definió la obsolescencia programada percibida como “Deseo del consumidor de poseer una cosa un poco más nueva, mejor y un poco antes de lo necesario”.

TIPOS DE OBSOLESCENCIA

La obsolescencia programada incorporada: consiste en que los fabricantes diseñan y producen los aparatos de forma deliberada para que se averíen o se pasen de moda rápidamente pues a menudo es más económico comprar una impresora nueva que arreglarla, o bien sus cartuchos se dejan de fabricar, por ejemplo. 

Obsolescencia psicológica, o percibida: cuando consideramos un producto viejo, anticuado o pasado de moda aunque esté en perfecto estado y funcione. Uno de los "trucos" más usados consiste en sacar al mercado diseños diferentes externamente, pero iguales internamente, para que el modelo anterior parezca anticuado. Por ejemplo es el caso de la ropa. Estamos acostumbrados a que cada 15 días las grandes empresas de moda nos presenten nuevas colecciones. Eso significa que si al cabo de 15 días o un mes deja de estar de moda, ya no lo volvemos a usar y queda totalmente obsoleto, aunque podamos seguir utilizándolo.

Obsolescencia tecnológica: hace referencia a la necesidad de recambio de un aparato simplemente porque aparece una nueva versión sin cambios significativos y sin que el producto haya llegado al final de su vida útil. Es habitual en móviles, tablets y productos tecnológicos de marcas muy conocidas. Un ejemplo es verse obligado a cambiar de terminal porque una aplicación o programa ya no es compatible con nuestro aparato.

CONSECUENCIAS

  • Sociales: se produce más productos de peor calidad en fábricas instaladas en países con economías en desarrollo donde los derechos de los trabajadores y la legislación de protección ambiental son escasos.

Ver ficha globalización

Ver ficha relaciones norte-sur

  •  Medioambientales: por el excesivo uso de recursos, materiales y energía, como a las grandes cantidades de residuos que se producen contribuye a la destrucción del medio ambiente.

Ver ficha Consumo Sostenible.

  • Económicos: el consumismo que provoca la obsolescencia prematura supone un alto y grave coste económico en los bolsillos de los consumidores y pérdidas económicas globales.

Ver ficha reciclado

Ver ficha prevención de residuos

Ver ficha economía circular

Ver ficha Nueva legislación sobre garantías

PARA SABER MÁS...

Recursos para combatir la obsolescencia: